Puede poner su cuenta de Facebook y Twitter para promocionar lo que hace, ganar clientes, aumentar sus ingresos y convertirse en una voz importante en su industria.

Ciertamente, las redes sociales no son un verdadero reflejo de la vida real y mucho de lo mejor que nos sucederá a lo largo de nuestras vidas no ocurrirá frente a la pantalla. Pero son un canal de comunicación muy visible: a través de ellos expresamos lo que pensamos, sentimos, los temas que consideramos interesantes o lo que nos esforzamos por alcanzar personal y profesionalmente.

Con esto en mente, debemos aclarar que todo lo que publicamos en la red afecta de una forma u otra lo que otras personas perciben. Incluso hay reclutadores que preguntan a sus clientes sobre sus cuentas de redes sociales (para saber a quién pueden contratar o no) o clientes que buscarán su negocio antes de decidir sobre su propuesta. ¿Vale la pena pedirle al equipo que se queje de su trabajo anterior o de su jefe anterior?

Puedes pensar, como muchos, que tus redes son y haces con ellas lo que deseas. Tiene razón, al igual que la empresa tendría derecho a rechazar el empleo o al cliente rechazar el proyecto por lo que publica.

La buena noticia es que también puede poner estas redes en servicio para promover lo que hace, ganar clientes, aumentar sus ingresos y convertirse en una voz importante en su área.

  1. No compartir lo que haces

Recuerda que un buen hobby no solamente te da esparcimiento, sino que te da oportunidad de expresarte y dar a conocer a otros lo que haces. Así como el golf ayuda a cerrar tratos de negocios y la lectura ayuda a mejorar el lenguaje y conocimiento, las redes sociales permiten acercarte a otros profesionistas, clientes y contactos profesionales que de otra manera no hubieras podido alcanzar.

Así, lo recomendable es compartir lo que haces profesionalmente: qué noticias te interesan, qué proyectos buscas iniciar, a qué eventos o congresos te interesa asistir, tal vez algún escrito que hayas hecho sobre el sector, alguna colaboración académica, un proyecto escolar, recomendaciones de libros que te cambiaron la vida. Incluso puede que halles a quienes compartan las mismas pasiones y te ayuden a crecer.

  1. Subir tus dramas personales

Todos hemos tenido a esa amiga o contacto que tiene nuevo novio y es el amor de su vida, sube mil fotos y pensamientos para después terminar con él y decir mil en contra del susodicho como si se tratara del mal encarnado. Después vuelve a tener novio y se repite el ciclo.

Tal vez esa persona considere que es lo natural en una relación, pero verlo desde las gradas no es agradable. Pregúntate quién es tu público, los que ven todo eso y tal vez no te escribirán, pero te ubicarán perfectamente por tu inestable vida amorosa.

  1. Nudes

Sí, hay que hablar de esto y aplica para ambos sexos: qué bonito que tus papás te hicieron con amor y tienes un rostro bello o un cuerpo perfecto producto de horas del gimnasio, pues es difícil resistirse a presumirlo, incluso puedes atraer a fans y posibles conquistas, pero si lo que quieres es dar una imagen profesional, tal vez no es lo ideal.   

  1. Fotos “demasiado” personales o íntimas.

Puede que seas el padre o madre más feliz del mundo por la llegada de tu bebé, que quieras compartir momentos a su lado y te guste que la familia se entere, le dé like y comente, pero debes establecer límites. No solamente porque resta tiempo a promover tu lado profesional, sino por motivos de seguridad.

Míralo desde el punto de vista de tu privacidad: hay casos de personas que ponen en qué barrio viven, a qué escuela van sus hijos, su rutina diaria, a dónde y cuándo van de vacaciones, el automóvil que compraron y más detalles que, a menos que tengas bien definidos tus filtros de privacidad, pueden estar disponibles para cualquier persona.

  1. Chistes negros y memes de mal gusto.

Tal vez este debió ser el punto número uno. Se sabe que el 85% de los usuarios en redes sociales no generan contenido, pero lo comparten intensamente. Puede llegarte a la cabeza el caso del amigo que solamente comparte videos, memes, fotos, chistes y demás para que los otros se rían, amén de las mamás y tías que te llenan la memoria del teléfono con “bendiciones” vía WhatsApp.

Si eres esa persona famosa en sus grupos de amigos por enviar este tipo de contenido, déjame decirte que no estás dando la mejor impresión.

  1. Quejas constantes por cualquier cosa.

Se ha demostrado la utilidad de las redes sociales para levantar quejas contra un mal servicio o una marca en particular.

Es tan dañino el solamente escribir para quejarse como el no construir nada positivo. Es común que este tipo de usuarios tengan en común sus números bajos de seguidores así que procura que las quejas sean solamente una parte de todo lo que compartes en la red.

  1. Quejarte de tu trabajo.

Tal vez no estás en el dream job, aquel puesto prometido o en la mejor empresa; tal vez tu jefe es un perfecto cretino y no tienes con quien desahogarte en la oficina o quizá tienes a los peores socios o clientes en tu sector.

No obstante, tus redes no son el lugar ideal para quejarte. Con eso solamente transmites negatividad y te conviertes en un elemento tóxico en tu negocio y lista de amigos.

En vez de eso, considera qué puedes hacer para mejorar tu entorno, tener una relación sana con tus jefes, ganarte al cliente o, si ves que eso es imposible, buscar nuevos horizontes.

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